lunes, 10 de septiembre de 2012

Consume carnes con garantía y lava concienzudamente vegetales y frutas…para una VIDA SANA


La fascinación de mi primo Coco son las armas y las cámaras fotográficas, a sus no muy lejanos 70 años, ambas pasiones han sido también su medio de vida, bien por él…trabajar en lo que nos gusta da una sensación como que el trabajo es más bien un pasatiempo. Pero hoy voy a hablar sobre su tercera afinidad la cual compartimos, y esa es la cocina.
La última vez que nos vimos fue por una invitación a una espectacular parrilla en su casa, él preparo todo por su puesto. Había lomo, bife y costillas de  cerdo, acompañado de hongos rellenos,  papas al vapor con salsa de queso y abundante ensalada.
Coco es cuidadoso en ciertas compras  -al igual que yo- específicamente la carne de cerdo. Lo adquirimos  de una marca garantizada y en lugar garantizado. Cuesta un poco más pero nuestra salud es lo primero. Generalmente lo compramos en supermercados Wong, Vivanda o Plaza Vea pero nunca en el mercado, lo que sucede  -y ese es el pensar de muchos- que nos puedan meter gato por liebre, se ha informado en las noticias que en algunos mercados se ha expendido carne de burro o caballo en vez de la de res, lo cual no sería problema siempre y cuando sea de una buena procedencia, es decir que hayan sido criados para el consumo humano. (Igual yo no comería ya que no tengo costumbre de esos tipos de carnes). Con el cerdo no habrá mucho inconveniente en reconocerlo, el problema radica en la procedencia.
Hay granjas para crianzas de cerdos, bueno el término granja no sería justo,  son lodazales asquerosos,  obviamente sin licencia para funcionar, clandestinas, mal olientes, alrededor todo es putrefacción (soy testigo, conozco algunas) las cuales los miserables cerditos se alimentan literalmente de bazofias.  Está mala crianza contrasta a una verdadera granja formal, la cual también conozco, donde para ver a los chanchitos hay que ponerse una ropa adecuada y botas de caucho que tienen que ser desinfectadas con un liquido que está justo en la entrada. Estos animalitos son alimentados correctamente con una dieta equilibrada, totalmente limpios con buenas instalaciones de agua haciendo drenar como debe ser los desechos. Además son chequeados frecuentemente por veterinarios. Mi terror con el credo es la TRIQUINA.
Cuando preparo alguna ensalada mis precauciones son básicas, por ejemplo para lavar la lechuga, la deshojo la pongo en una coladera y hago escurrir agua.  Coco en cambio, pone las hojas en un recipiente, vierte agua y le echa unas gotitas de un desinfectante especial que también lo adquiere en el supermercado, espera unos 15 minutos vota el agua y deja secar el vegetal y ya está  listo para consumirlo.
Yo pensé: “¡Que exageradito el primo!”  Sin embargo, ese razonamiento cambio desde el día de ayer que fui a comprar al ¡mercado!
Visitando a mi “caserita”  le pedí 2 kilos de fresas y unas hortalizas.  De pronto, entre los duraznos, salió un ¡ratoncito! No era una rata era… un ratoncito, pero igual, ambos viven en las alcantarillas. Mi pulso se me acelero un poco, si hubiera sido una rata,  de seguro hubiera gritado como mujer viendo una película de horror –tengo fobias a las ratas y más aun a las cucarachas y si son de las que vuelan…me muero-
Ya en casa, pero pensando todavía en el roedor, lave las fresas una y otra vez  escurriéndole agua en un colador desechando cualquier polvo adherida a la fruta, para luego disponerlas en un balde pequeño verterle 2 litros de agua y poner 1 cucharita de cloro por unos 15 minutos. Al final boto el agua del cloro y vuelvo a enjuagar la fruta unas 3 veces.
De ahora en adelante desinfectaré adecuadamente las frutas y verduras. No fuiste nada exagerado querido primo Coco…para una VIDA SANA